8 de Febrero 2018....día 12

En realidad sólo han transcurrido unos días, doce para ser precisos. Después de varios meses de vivir al filo de las redes, por fin se atrevió a decir lo que yo había tenido como premonición.
 Aquella noche había soñado con un largo camino de terracería, yo lo recorría en busca de algo, que no sabía a ciencia cierta que era, a cada paso el corazón acrecentaba su ritmo y el golpeteo en el pecho era como una especie de tambor antes de un ritual. Caminé hacia un punto que, a la distancia irradiaba un verde luminoso, al llegar ahí pude distinguir que se trataba de  un parque. Frente a mí, como  brazos las enredaderas me invitaban a permanecer entre ellas, y un poco más allá, al volver la vista pude ver que ese punto azul, era el principio.
Como si fuera un imán aquel hombre me arrastraba hacia su presencia,  yo no resistí la curiosidad de verle los ojos, y en ese instante me acercó a su boca. Ese fue el principio del deshielo, sentí la piel cubierta por un aire gélido, como ese que envuelve los cuerpos expuestos al frío en una noche de invierno. Podría afirmar en este instante, que incluso en el sueño la bruna turgencia de sus ojos me estremece..Y pienso en el mar, en la danza leve que susurra pasos en las olas. Recuerdo sus ojos y pienso en el mar. en el susurro, en el mar.
La primeras  palabras después de una larga espera " Y qué si compartimos todo". Nada más, solo ese un montón de sílabas que vistas desde la frialdad no significan nada, y que desde la soledad lo significaron todo.



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