
Paisaje El olor a óxido llena el cuarto oscuro de la ausencia y el árbol sulfuroso de las cosas dichas , que duelen es árbol de aciagos frutos que incitan al banquete . El viento ámbar obliga a refugiarme, a perderme en las formas de la tarde vestida de azul y cuentas grises que espera al amante de traje bruno y capa blanca. Me pienso en ese paisaje, ahora que la ciudad es monocromática y simple ahora que no hay árbol tocando con sus ramas de cristal en mi ventana. La ciudad abre sus fauces llenas de smog y me observa con sus múltiples ojos vidriosos. el añil de la tarde, es un inmenso espejo opaco dónde se pierden mil y una hojas yo ,vuelvo al paisaje que en mi dejas de cierto blanco y negro sus matices.