Y el mundo se mueve tan rápido, la vida cambia, la tecnología avanza, la ciencia avanza….y la humanidad retrocede, me despierto con un deseo enorme de escribir la historia que desde hace días me ronda la cabeza…y bummm!, se me ocurre ver las noticias mientas bebo un café, son las cinco de la mañana, hoy no debo trabajar, no es día de correr para alcanzar el tren y llegar a tiempo al turno, internamente agradezco el poder permanecer en casa, afuera el frío ha usado su broca de pintura blanca, mientras tanto el sabor a hogar me invade , voy entendiendo lo que significa para mi habitar esta tierra, la realidad se va tornando una pesada lápida que cargamos entre todos, para unos es ligera, para otros insignificante y a mi , me molesta , me lastima!! Hoy son las votaciones acá, pero no es mi país, no es mi tierra, yo no participé del orgullo de elegir a nuestra presidenta, sin embargo lo celebré, lo celebro; aquí en está tierra extraña y fría también una mujer participa de la elección pero es otra historia, con trasfondo de racismo y ultraderecha… pienso en lo que pasa para los migrantes en USA, en Irlanda, En UK, en todo el mundo y me duele, luego las noticias de mi país y su crudeza… en la situación de las mujeres en el mundo, en las minorías, en las injusticias, en los despojados, en los que buscan asilo en, en , en. Ya no escribo la historia simple que me rondaba la cabeza, la historia real es otro nivel y se ha ganado mi atención y mi temor…tomo los lápices y dibujo mundos imaginarios donde todo lo que me abruma no existe!!
En este momento recuerdo los dias de infancia en los que mi padre y mi madre solian preparar la cena juntos en casa, hacian malabares con el sueldo,(cierto es que a mi generacion le tocó vivir los estragos de las crisis económicas del 80 y del mundo) para darnos una cena y regalarnos ese pequeño ritual familiar que hasta ahora entiendo y aprecio. Puedo verla a ella cocinando, haciendo magia con sus ingredientes y sus manos, algunas veces con su sonrisa y otras con su rostro un tanto estresado por no tener la cena lista a las 10 de la noche, él, apurado cortando su fruta para hacer esa enorme olla de ponche que ahora que lo pienso, pudo haber sido suficente para la colonia, él la ensalada, ella el pollo relleno con sus complicaciones, quirurjicas y las inyecciones de ron y la marinada y el relleno, y todas esas cosas que hacien hermoso el ritual navideño de la casa. No venía Santa Claus, porque el no podía venir hasta el valle del mezquital, a ese pueblo lleno de polvo por las c...
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