La muerte nos pela los dientes.... hasta que nos alcanza

Calaveras 2011

A todos los lectores de Alas de Colibrì un saludo, una felicitación y un abrazo virtual -que desearía fuera un virtual abrazo, es decir, en persona.

Como saben, para el mexicano la muerte es sinónimo de fiesta, cuyas raíces míticas y religiosas subyacen en nuestra memoria indígena, aunque intentemos de pronto olvidarnos de ello.

Acto pagano, la fiesta de los muertos es un ritual de sonidos, olores, formas y colores que se expanden y se enriquecen luego del encuentro con Europa a través de España.

El festejo a los difuntos es un caminar por la memoria, pero también es el rito que nos acerca a la nada de donde venimos y a donde habremos de retornar.

Muerte y vida es lo mismo; ambos conceptos son el eco eterno, constante e intrínseco del ser humano. Por eso hay que vivir muriendo y morirse por vivir.

Una de las formas muy mexicanas de festejar estos días es haciendo “calaveras”, por eso envío la siguiente dedicada a la titular de esta página.

A la poeta Toña Cuevas
la muerte ya la rondaba
y ella en ofrenda cantaba
algunas canciones nuevas
que se escuchaban a leguas.
Cuando la ventana abrí
brincó solfeante un cri-cri   
y la flaca, aprovechando,
se llevó a Toña volando
en Alas de colibrí.
 
Reciban, en verdad, un gran y cálido abrazo.

Omar Roldán.

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